28 Dic Esta Navidad, toda la familia con delantal
¿Cuántas veces has escuchado la frase «con la comida no se juega»? La mayoría y seguro que en varias ocasiones hemos sido los protagonistas del comentario. Cocinar va más allá del hecho de procesar los alimentos y someterlos a temperaturas. A muchos adultos pasar tiempo en la cocina no les gusta o les da pereza … pero, ¿que pasa si lo miramos desde el punto de vista de los niños?
Para ellos cocinar es un juego más para hacer en casa, un instante para ayudar a los padres, abuelos o cuidadores a transformar los alimentos. Una actividad que les fascina por la creatividad, el aprendizaje y la explosión de sensaciones y preguntas que los despierta, ver, palpar y manipular los alimentos … como por ejemplo, ¿cómo sale una receta de una pera? Si tienes un pequeño en casa, seguro que te ha dicho alguna vez «madre, padre ¿te puedo ayudar?, o ¿puedo romper y batir el huevo para hacer una tortilla?, y seguro que también te ha pedido … ¿podemos hacer galletas con formas divertidas?, y así un sinfín de inquietudes que los niños y niñas tienen que aprenden por imitación de sus referentes.
El momento de comer es un acto sociocultural y debería ser una experiencia placentera para comer en sí mismo es un placer. Por lo que sentarse y comer en la mesa en familia no debería vincularse con un momento tenso o dramático acompañado de coacciones, chantajes, amenazas y lágrimas … sino que al contrario, se debería desarrollar en un ambiente amable, alegre, divertido y feliz que permitiera a todos los miembros de la familia disfrutar de los alimentos y del momento de comer. Llegado a este punto, puede parecer que todo esto suena a fantasía, pero lo cierto es que lo más importante es dar ejemplo y favorecer desde pequeños el contacto con los alimentos en su estado natural, para experimentar ya sea en la cocina en la preparación o aprender cuando están delante del plato a diferenciar los sabores propios de los alimentos, las texturas y fomentar una buena predisposición frente a la comida elaborado por ellos mismos.
Estas vacaciones de Navidad, tienes la oportunidad de oro de explicar al más pequeño de la familia que es una tradición gastronómica y aprovechar las fiestas navideñas para enseñar sus recetas tradicionales. Propone a tu pequeño o pequeña preparar canapés para fin de año, cortar la fruta que nos viene tan a gusto a los postres, o hacer con los abuelos y abuelas los canelones del día de San Esteban, incluso, elaborar unos tarrons de chocolate, frutos secos y pera deshidratada … estoy segura que la respuesta será un sí rotundo.
Por lo tanto, hay que entender la cocina y todo el proceso de obtención y transformación de los alimentos no como una tarea del hogar con la que perdemos tiempo, sino como la forma más exquisita de invertido tiempo y de educar en familia.
Sabores de la Navidad con salud
? Promoción con el apoyo del fondo europeo agrícola de desarrollo rural y la Generalidad de Cataluña @gencat @comisioneuropea @europeancommission
contenido: @Ariadna Guil. Dietista-Nutricionista